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WATCHTIME MÉXICO | Third Edition / 2020
HISTORY
frecuencia en su correspondencia) sino también del amor y respeto profundos que sentían el uno por el otro. Cuanto más leía, mejor entendía que era pre- cisamente eso —y los talentos que los complemen- taban— el secreto de su éxito.
¿Qué más descubriste durante tus viajes de investigación?
¡Oh, descubrí muchísimo! Una cosa es leer cartas escritas desde tierras remotas, y otra cosa muy di- ferente visitar en persona esos territorios. Los dia- rios de viaje de mi abuelo están llenos de bocetos de objetos y edificios, o simplemente de formas y dise- ños que encontraba durante sus viajes. Cuando se- guí sus pasos, pude ver de primera mano las fuen- tes de su inspiración. Como, por ejemplo, cuando fui al mismo templo que mi abuelo había visitado en Sri Lanka, y me encontré en la pared del recinto con una recurrente forma de voluta; me sorprendió darme cuenta que era increíblemente similar al di- seño presente en una antigua tiara que la Duquesa de Cambridge llevó puesta en la boda del Príncipe William en 2011 (originalmente mi bisabuelo había vendido la tiara en cuestión a George VI en 1936). Momentos como ese, cuando el pasado y el presen- te se entrecruzan, fueron muy emocionantes.
Qué papel tuvieron las mujeres de la fami- lia Cartier en la expansión del negocio?
La gran importancia del papel que las mujeres Car- tier (por lo general ausentes en la historia escrita de la marca) tuvieron en el crecimiento del negocio fue algo que me sorprendió mucho al investigar la historia de la familia. Los matrimonios estratégicos ayudaron a que la empresa sobreviviera durante el difícil comienzo y más tarde contribuyeron a la
expansión. Por ejemplo, cuando en 1898 Louis Car- tier se emparentó con la dinastía de la moda Worth, en ese entonces Cartier tan solo era una modesta casa de joyería parisina. Pero la asociación con la internacionalmente famosa familia Worth abrió puertas a una base internacional de clientes. Cuan- do el banquero estadounidense J. P. Morgan se enteró de que la nieta de su difunto amigo Charles Frederick Worth se casaría con Louis, hizo llamar al novio, le prometió apoyo financiero en el futuro y ahí mismo le compró 50 mil dólares de joyería. Se trató de un increíble empujón para los entonces poco conocidos Cartier que buscaban entrar en las grandes ligas del mercado internacional. Más tar- de, el matrimonio de Pierre Cartier con la adinera- da heredera estadounidense Elma Rumsey, le abrió las puertas de la sociedad americana y ayudó a for- talecer las ventas de la tienda de Cartier en Nueva York durante aquellos primeros años.
¿Cuál era la situación de los relojes de Car- tier durante los primeros años del siglo XX? En mi libro también escribí sobre aquellos prime- ros relojes de pulsera: desde los montres bracelets con diamantes para dama que se convirtieron en un símbolo de estatus de la alta sociedad femenina estadounidense al comienzo del siglo XX, hasta la invención de los primeros relojes para caballero, el Santos y el Tank. Pero sí, tienes razón, comparado con la joyería de los primeros años del siglo XX — específicamente del periodo de 1900 a 1939— los relojes probablemente recibieron menos atención en el libro debido a que en ese tiempo la familia estaba más enfocada en las joyas. Después de todo, había mucha riqueza por todos lados (ya sea pro- veniente de los Romanov de la Rusia prerrevolu-
“Mi abuelo me contó las historias detrás del diseño de muchos relojes diferentes cuando estuvo al mando de Cartier Londres antes de que fuera vendido. Así es que esos son los que se han vuelto muy especiales para mí.”