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La espectacular estructura a la entrada de Baselworld, feria que fungió por más de 100 años como referente indiscutible.
Baselworld ha muerto. Fue una de las más importantes con- secuencias de la llegada de esta pandemia insólita, que ha cobrado hasta principios de junio la vida de casi cuatro- cientas mil personas. El his-
tórico recinto, cayó también, luego de un proceso desgastante entre el grupo MCH, los dueños del evento, y las firmas participantes.
Pero lo primero que tenemos que hacer es no confundir. Baselworld ya estaba enferma desde hace tiempo, y, con un sistema inmunológico en situación precaria, el COVID-19 sólo aceleró la sintomatología. Así de sencillo.
LAS GRANDES FERIAS
Hay algunos que venían pronosticando, hasta hace poco (y me incluyo), la desaparición de los grandes formatos para la presentación de novedades, las ferias de gran tamaño. Era la lectura que ofrecía el ver en caída el gran evento del año. Pero al mis- mo tiempo, y podría decirse que hasta de manera sigilosa, empezaban a tomar nuevas dimensiones otros eventos alrededor del mundo. Dubai Watch Week, por ejemplo, crecía en formato y fama, al grado de ser hoy considerado el evento favorito del
Por Alejandro Estrada
gremio. De este lado, el SIAR presumía un récord en asistencia de marcas. Y algunos más, como el evento hermano WatchTime New York o incluso el propio Watches & Wonders Miami, adquirían una fuerza inusitada. En Ginebra, algunos meses antes que Baselworld, las cosas parecían tomarse con calma. Seguía siendo, incluso después del anuncio de la salida de Richard Mille y Audemars Piguet, un evento sólido, que también sumaba marcas a su portafolio.
Todo esto sucedía en 2019, cuando aún era in- sospechada la posibilidad de una pandemia mun- dial, y cuando era claro para todos que la relojería estaba viviendo una contracción alarmante.
Y si nos remontamos aún más en el pasado, el anuncio de Grupo Swatch de salir de manera defi- nitiva de Baselworld, comunicado que hacía oficial a finales de julio de 2018, fue el principio del fin. A la par, el conjunto de las firmas de alta gama del grupo (Breguet, Blancpain, Jaquet Droz, Harry Winston, Glashütte Original y Omega), anuncia- ban la creación de un evento independiente, Time to Move, el acto de rebeldía que obligó a replan- tear la relevancia de los formatos tradicionales.
Por supuesto, y lo leíamos entonces en las razones que daba Swatch Group para salir de la feria, el problema venía de tiempo atrás, con la
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