Como expertos relojeros, la maison Parmigiani Fleurier reconoce el carácter cultural de la concepción del tiempo. Primero lanzó el Gregorian Annual Calendar, un calendario perpetuo que da cuenta de los patrones de tiempo occidentales. A éste lo siguó el Tonda Hijri Perpetual Calendar (calendario musulmán), ganador del Grand Prix D’Horlogerie de Genève (GPHG) en la categoría de Innovación en 2020. Ahora, con el Tonda PF Xiali Calendar, la manufactura suiza cierra una trilogía excepcional de calendarios.
El calendario chino es complejo ya que combina elementos de un calendario solar y lunar que se calculan por separado y luego se sincronizan. Horas, minutos, indicación de mes y año, indicación de animal, elemento, alternancia de yin o yang, numeración de los días y fases lunares… En una proeza de diseño, Parmigiani Fleurier ha logrado condensar toda esta compleja información en la esfera del Tonda PF Xiali Calendar. Los ajustes necesarios se realizan rápidamente gracias a los distintos correctores situados a ambos lados del centro de la caja.
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Para lograr esta proeza, el Tonda PF Xiali Calendar se basa en el Calibre PF008. Como el calendario chino no es cíclico, la complicación se programa mecánicamente y cubre un periodo de 12 años mediante un sistema de levas. Al final de estos doce años, el reloj debe reajustarse para un nuevo periodo equivalente. No obstante, mientras el reloj no se detenga, toda la información seguirá siendo exacta sin que sea necesaria ninguna intervención durante este periodo.
Pero el Tonda PF Xiali Calendar no sólo vale como calendario, sino que también refuerza los códigos de estilo de la colección Tonda PF. La esfera multinivel es de color rojo imperial con un guilloché «grano de cebada» que realza su superficie y apliques de oro blanco. La caja de acero inoxidable tiene un bisel de platino, mientras que el brazalete integrado, del mismo material, promete comodidad y elegancia en la muñeca. Como es habitual, el fondo de la caja permite observar el movimiento y sus decoraciones a través de un cristal de zafiro. El acabado Côtes de Genève y la masa oscilante esqueletizada de oro rosa de 18 quilates aportan ligereza y apertura a este calibre excepcional.