Recientemente, Jaeger-LeCoultre presentó una pieza excepcional que expresa la gran experiencia del taller Métiers Rares de la Manufactura, precisamente en el ámbito de la pintura en miniatura y del esmaltado Grand Feu. Se trata del Reverso Tribute Enamel Hokusai «Amida Falls», una edición limitada a sólo 10 ejemplares que rinden homenaje al trabajo artístico de Katsushika Hokusai.
En la caja de este nuevo Reverso, se puede apreciar una reproducción en miniatura esmaltada a mano de “Las cataratas de Amida en los confines de la carretera Kisokaidō” (Kisoji no oku Amida-ga-taki), la obra más conocida de una serie de ocho xilografías creadas por el artista entre 1833 y 1834, llamada “Un recorrido por las cascadas de varias provincias” (Shoku taki meguri).
Para lograr esta reproducción, se llevó a cabo un proceso de 70 horas de trabajo, que incluye la miniaturización e imitación de los detalles y desarrollar la ilusión de la técnica de xilografía. Los esmaltadores crearon una técnica especial que reprodujese el característico efecto bokashi, mientras capturaban los vívidos azules y amarillos característicos de la obra de Hokusai. Cabe señalar que dicho proceso, además requirió de 12 a 15 cocciones por separado a 800 grados Celsius.
Aunque el protagonismo recae en el reverso de la esfera, ésta no pasa desapercibida, en ella luce un motivo guilloché en forma de rombo y con textura realzada por un esmalte Grand Feu translúcido en un tono verde intenso. Este patrón se realizó con un torno centenario, cuya manipulación requiere de una gran destreza y habilidad. Se trata de un proceso que requiere unas cuatro horas de trabajo con la máxima concentración.
Después viene una aplicación de al menos seis capas de esmalte translúcido, cada una con cocción separada. Finalmente, la incorporación de los índices supone un reto, pues es necesario efectuar pequeñas perforaciones a través de la superficie de esmalte, así como en la aplicación de la minutería de ferrocarril. El tiempo en esta esfera se expresa mediante índices facetados en aplique y agujas tipo Dauphine.
La caja de oro blanco, que se combina con una correa de aligátor negra, resguarda en su interior al calibre 822/2 de Jaeger-LeCoultre, un movimiento de cuerda manual que genera una reserva de marcha de 42 horas.