Este verano, Berger Joyeros elige al simbólico tesoro de los mares para vestir al verano con elegancia y brillo. Su origen inusual, producto de un mecanismo de defensa de un molusco con concha, se da cuando algún objeto extraño entra a su tejido blando y el organismo reacciona cubriéndolo -durante muchos años- con una mezcla de nácar (carbonato de calcio y una proteína llamada conchiolina). Así pues, las perlas naturales son consideradas objetos de suma rareza y valor. No por nada son las favoritas de la reina Isabel de Inglaterra y muchas mujeres de la realeza.
A menudo elegidas como tesoros familiares o para celebrar un acontecimiento de gran relevancia, las perlas determinan su valor con base en distintos criterios: forma, color, lustre y tamaño, así como la calidad de su superficie y nácar. Cuando son esferas perfectas y grandes se les denomina calabazos y su valor se eleva sustancialmente pues tienden a ser más escasas.
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El lustre, por otro lado, aumenta a medida que el molusco deposita capas de nácar, incrementando también su durabilidad y, por lo tanto, su valor. Aunque los colores más usuales son el blanco y el crema, las perlas también pueden encontrarse en colores negro, gris, rosa y plateado.
En lo nuevo de Berger para este verano, encontramos un anillo de oro blanco y aretes de oro rosa, ambos con perlas y diamantes. Y porque toda mujer debe tener un hermoso collar de perlas, la firma nos presenta un collar con perlas calabazo blancas y negras con oro blanco, además de una propuesta clásica con perlas blancas y broche de oro blanco con diamantes.