Desde su introducción en 1972, el Royal Oak -producto del ingenio del legendario diseñador italo-suizo, Gerald Genta- ha sido uno de los relojes deportivos más emblemáticos de Audemars Piguet y uno de los más buscados por coleccionistas y aficionados a la alta relojería. Cerca de alcanzar la marca del medio siglo, la familia Royal Oak continúa sorprendiéndonos con iteraciones que se adaptan a distintas necesidades y gustos; a tiempos y a una industria que abraza el cambio.
Este 2020, la manufactura de Le-Brassus fija su atención en la colección Royal Oak dotada con movimiento automático, revelando cuatro modelos distintos en un diámetro de 34 milímetros, especialmente pensados para las muñecas pequeñas o los gustos más discretos. En acero inoxidable, oro rosa y una atractiva combinación de estos últimos, los modelos presumen esferas de color gris, azul o plateado con el tradicional motivo Grande Tapisserie.
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En dos de sus propuestas, la de oro rosa de 18 quilates y de acero con esfera azulada, los biseles se han engastado con 40 diamantes corte brillante (0.71 quilates), para un toque indiscutible de lujo y brillo. Además del modelo de oro rosa, Audemars Piguet también ofrece un Royal Oak bicolor con esfera plateada, en caja y brazalete de acero inoxidable, y bisel y eslabones del brazalete en oro rosa de 18 quilates.
Corazón autónomo
Todos los modelos incorporan el nuevo movimiento automático de la manufactura, el calibre 5800, provisto de una masa oscilante creada especialmente para esta nueva versión de 34 milímetros. Este movimiento garantiza una reserva de marcha de 50 horas y la caja que lo resguarda, con cristal de zafiro en el fondo y al frente, es hermética hasta 50 metros de profundidad.