G-SHOCK, 35 años de un icono

No es un secreto que muchos de los que hoy invierten de manera incondicional en la relojería de alta gama, empezaron por usar en sus muñecas uno de los modelos que se ha convertido en un verdadero clásico de la relojería contemporánea. Estamos hablando del G-SHOCK, una pieza que fue producto de la casualidad –como casi todo gran invento–, y que requirió a su creador destrozar más de 200 piezas contra el piso.

La historia que se cuenta de manera oficial quizá muchos ya la conocen. Kikuo Ibe, diseñador japonés, rompió el reloj que le había regalado su padre, al dejarlo caer accidentalmente al suelo. De ahí nacería su obsesión por encontrar el reloj indestructible.

El proyecto bajo el cual comenzaría su indoblegable misión recibió por nombre Triple 10, y consistía en encontrar solución conjunta a tres desafíos de la época: el reloj debía resistir herméticamente a una presión de 10 bares (100 metros), tener una batería con una duración de al menos 10 años y, punto fundamental, resistir caídas a una altura de 10 metros. La solución a este tercer dilema la encontró cuando vio a un par de niños jugando con una pelota de goma en el parque.

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Para celebrar este aniversario, la firma ha entregado distintas colecciones y productos únicos. No obstante, con el modelo DW5600E-1V –el cual está disponible en distintos puntos comerciales en México, y tiene un precio de 1,689 pesos–, Casio decidió rendir tributo al modelo original, el DW5000C, el primer G-SHOCK de la historia.

Este ejemplar, que ofrece ahora una hermeticidad de hasta 200 metros, está realizado en resina, tanto la caja como la correa. Entre sus prestaciones técnicas, destaca el cronógrafo digital, que permite una lectura hasta las centésimas de segundo, un temporizador de cuenta regresiva, alarma, calendario completo, las indicaciones regulares de tiempo (hora, minutos, segundos) y una batería con una duración de 2 años de vida.

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