Su nombre es Delphis Oracle, y se trata del lanzamiento más reciente de Chronoswiss para celebrar el 40 aniversario de la marca. Esta es la primera vez que la firma se da licencia de mirar al pasado, pero lo hace, como habría de esperarse, reinventando el modelo y decorándolo con un nuevo patrón guilloché (una de sus especialidades) y un espectacular esmaltado.
Esta nueva edición, limitada a sólo 50 ejemplares, conserva la doble complicación del modelo original: display de hora saltante digital a las 12, y minutos retrógrados indicados mediante una manecilla central que recorre el minutero de 180 grados. Además, el conjunto integra un segundero pequeño independiente que abarca la parte baja de la esfera, justo a la hora 6.
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Todo lo anterior es posible gracias a otra primicia, especialmente desarrollada para empoderar al Delphis Oracle. Se trata, por supuesto, del nuevo calibre Chronoswiss, un movimiento automático de manufactura propia con 42 horas de reserva de marcha. La novedad está chapada en rutenio y presume decoraciones clásicas como los cortes de Ginebra emanados del centro. Esto, como referencia al conocido patrón guilloché de la firma.
Uno de sus grandes atractivos es el trabajo de guilloché y esmaltado en la mitad superior de la esfera. Es especial de muchas formas pues, para comenzar, es sumamente complejo trabajar en una superficie curva y, luego, esmaltar y pulir esta superficie para lograr la transparencia y efecto deseado. Este fue, desde luego, un trabajo interno realizado totalmente a mano.
Toda la belleza de esta esfera se enmarca a la perfección por una caja de oro rosa de 18 quilates, con fondo abierto de cristal de zafiro y hermética hasta 100 metros de profundidad. Se entrega con una correa de caucho.