Como parte de las novedades lanzadas en la pasada edición de Watches & Wonders, Tudor presentó una nueva versión de su famoso Black Bay Fifty-Eight que presume, por primera vez en la historia de los relojes de submarinismo de la marca, una caja de oro amarillo de 18 quilates con efecto mate y fondo abierto.
El modelo, bautizado sencillamente como Black Bay Fifty-Eight 18K, también hace un guiño al histórico primer reloj de submarinismo de Tudor, lanzado en 1958. Así, la nueva referencia se presenta en caja de 39 milímetros de diámetro (dimensiones típicas de la época).
NO TE PIERDAS: Tudor Black Bay Chrono celebra 50 años de cronógrafos
Por supuesto, gran parte del atractivo de esta pieza radica en el bello contraste entre el oro amarillo satinado y el “verde oro” de la esfera y el bisel. A ello se suman las características agujas “snowflake” e índices de horas, fabricados en el mismo material que la caja.
Hermética hasta 200 metros de profundidad, esta atractiva caja resguarda un movimiento de manufactura propia, de carga automática con rotor bidireccional y reserva de marcha aproximada de 70 horas. Este calibre, el MT5400, cuenta con la certificación de cronómetro por el Control Oficial Suizo de Cronógrafos (COSC) e integra una espiral de silicio antimagnético.
La pieza se complementa con dos correas: de tejido Jacquard de Julien Faure, una empresa familiar francesa con 150 años de tradición, y de piel de aligátor abombada color marrón oscuro. Ambas incorporan una hebilla de oro amarillo de 18 quilates.