Vestido de un atractivo color azul en la esfera y el brazalete de caucho, lo nuevo de Mido resume de manera elegante los talentos de la marca. Es, por un lado, la suma de tres complicaciones que van de la practicidad a lo poético: calendario, cronógrafo y fases lunares; y por el otro, un modelo con un diseño contemporáneo y refinado.
Enmarcada por una caja de acero pulido de 42 milímetros de diámetro, la esfera presume un acabado satinado con rayos de sol que sirve de telón de fondo para las funciones antes mencionadas. La fecha, por ejemplo, está indicada en el reborde por una manecilla central rematada en una media luna azul barnizada, y se muestra junto con el día y el mes en una ventana con detalles de color turquesa.
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Lo anterior se complementa con la indicación de fases lunares a las 6 en punto, donde una luna y estrellas doradas atraviesan un cielo azul. Finalmente, pero desde luego no menos importante, está el cronógrafo con contadores de 30 minutos y 12 horas, además de un pequeño segundero y la indicación del tiempo en 24 horas. Todo esto se destaca de manera excepcional con detalles de plata en los bordes de contadores, marcas, índices y agujas.
En su dimensión mecánica, el nuevo Mido Baroncelli Chronograph Moonphase está acoplado con el calibre 60 de la marca, un movimiento de carga automática con reserva de marcha de 60 horas, espiral Nivachron antimagnética y acabados de la relojería suiza tradicional, además del logotipo de la firma grabado en la masa oscilante. Estos y otros detalles del calibre pueden admirarse a través del fondo de cristal de zafiro de la caja, hermética hasta 30 metros de profundidad.
