Por María Origlia.
En 2018, la marca francesa va a establecer su residencia en Ginebra. Una decisión “motivada por valores compartidos y por la apertura reflejada por el SIHH durante los últimos dos años”. Tales han sido los argumentos que la firma gala, sin querer comunicar más detalles, ofreció al periódico Le Temps.
Los esfuerzos de los relojeros de Hermès han sido reconocidos en junio pasado por la Fondation de Haute Horlogerie (FHH) que organiza el SIHH. Hermès ha sido nombrada como «marca de alta relojería» en el Libro Blanco publicado por la fundación. Y según se informa, al menos otras tres marcas también han sido aceptadas por el SIHH; pero, a diferencia de Hermès, éstas deberán unirse a la zona de los relojeros independientes.
Reservado inicialmente a un público profesional, el salón de Ginebra, que esencialmente da la bienvenida a las marcas del grupo Richemont (Cartier, Jaeger-LeCoultre, Vacheron Constantin, Van Cleef & Arpels, entre otras) lo hace también para algunos independientes (Audemars Piguet, Parmigiani) y crece con fuerza desde hace dos años.
En 2015, abrió una parte de Palexpo a nueve marcas independientes en un espacio llamado Carré des Horlogers (“cuadrado de relojeros”). En enero de este año, catorce marcas se unieron a este espacio y el salón fue abierto al público general por un día.
Esta noticia llega junto a la de varias marcas que han decidido dejar Baselworld a favor del SIHH. El año pasado, Girard-Perregaux y Ulysse Nardin había hecho esta elección.
En 2016, la división relojes del grupo redujo 3 por ciento su facturación, al tiempo que registró un beneficio neto récord de 1.1 mil millones de euros (+ 13 por ciento interanual). Su volumen de negocios fue a su vez registrado en 5.2 mil millones de euros en 2016, apoyado por el éxito de sus productos de marroquinería.