Bell & Ross, manufactura especializada en la aviación y la exploración espacial, empuja los límites de la alta relojería a un nuevo nivel con el lanzamiento del BR-X1 Chronograph Tourbillon Sapphire, fabricado en una caja completamente de zafiro, uno de los materiales más difíciles de manipular.
Como una bella sinfonía de Philip Glass, la cristalina transparencia del corindón –nombre científico del zafiro– atrapa instantáneamente la luz y permite ver el mecanismo interno del reloj. Para elaborar el conjunto de la caja, se requirieron seis bloques de zafiro, tallados y pulidos mecánicamente durante horas y ensamblado luego con extrema precisión.
La esfera esqueletada permite observar con claridad el funcionamiento del calibre BR.CAL 285 y demás elementos del reloj, desde la rueda de pilares situada a las 12 en punto, hasta la aguja saltante semi instantánea que sustituye a la aguja clásica de arrastre tradicional. Las agujas esqueletadas y los índices son completamente metálicos y están recubiertos de Superluminova. A las nueve horas, se muestra el indicador de reserva de marcha, de 100 horas.
Como su nombre lo indica, el BR-X1 Chronograph Tourbillon Sapphire combina dos de las funciones más solicitadas en la alta relojería: el cronógrafo y el tourbillon. El cronógrafo calcula el tiempo en dos contadores –uno para 30 minutos y otro para 60 segundos– accionados por un mismo pulsador en la corona. El tourbillon volante brinda dinamismo a la esfera al parecer desafiar a la fuerza de gravedad.
El toque final lo proporciona una correa de caucho traslúcido y textil de Kevlar metalizado. Por su rareza y excepcionalidad, el BR-X1 Chronograph Tourbillon Sapphire está limitado a solamente cinco piezas.