Chopard presentó sus novedades en Watches and Wonders 2022 y entre ellas destaca inmediatamente el Alpine Eagle Flying Tourbillon, un modelo en Lucent Steel A223 y el primer reloj complicado de la firma en presentar el reconocido Punzón de Ginebra, además de contar con la certificación COSC. Esto gracias a su calibre L.U.C 96.24-L regulado por un tourbillon volante.
Fiel a la esencia de los modelos Alpine Eagle, esta novedad presenta una estética moderna y deportiva, con una caja de 41 mm que integra un brazalete hecho del mismo material, es decir, de Lucent Steel A223, una aleación exclusiva con ofrece un brillo notable. La caja, además, integra elementos destacados, como flancos estilizados, corona grabada con la rosa de los vientos, bisel con ocho tornillos y un fondo abierto que revela su fascinante mecánica interna.
La esfera, por su parte, tiene un color azul Aletsch y una textura inspirada en el iris del águila, sobre una base de oro macizo. Para indicar el paso de las horas y los minutos, esta novedad emplea índices y números romanos aplicados de oro blanco y recubiertos de Super-LumiNova Grade X1, así como manecillas tipo bastón, también oro blanco y con el mismo material luminiscente. A las 6 horas, protagonizando, se encuentra el tourbillon volante, donde se puede discernir un pequeña aguja meticulosamente cubierta de SLN X1, esto para indicar los segundos.
El Alpine Eagle Flying Tourbillon contiene en su interior un mecanismo sofosticado, el calibre L.U.C 96.24-L, de tan sólo 3.30 mm de grosor y con doble certificación, tanto de Cronómetro como el Punzón de Ginebra. Este movimiento automático ofrece hasta 65 horas de reserva de marcha, gracias a sus dos barriletes superpuestos según la tecnología Chopard Twin. Además, presenta un micro-rotor de oro de 22 quilates y notables acabados como Côtes de Genève.