De la mano de Berger Joyeros, la marca de relojería Cuervo y Sobrinos –perfecta combinación de herencia latina y el savoire faire de la alta relojería suiza– pone a disposición de aficionados y coleccionistas sus icónicas piezas en México.
Los orígenes de Cuervo y Sobrinos se remontan a 1882, año en el que Armando Río y Cuervo, y sus hermanos dirigían con pasión la joyería y un taller de relojes gestionado por su tío Ramón en el corazón de la Habana, Cuba. Aunque Cuervo y Sobrinos está orgullosa de su pasado, opta por abrazar de todo corazón el futuro con magníficos relojes que engendran deseo y confieren una alegría duradera. Tras 140 años de vida, la empresa está convencida de que sus mejores años están aún por llegar.
Piezas con sabor latino
Relojes con aire vintage y a la vez contemporáneos son el sello de esta casa relojera suiza. Entre ellos, cabe destacar el Historiador Asturias Pequeños Segundos que rinde homenaje a su fundador don Ramón Cuervo. Con una caja de 40 mm en acero, correa de cordobán y reserva de marcha de 38 horas, esta pieza se ofrece en el set Montegrappa. La caja de humidor incluye una pluma Montegrappa fabricada en exclusiva para Cuervo y Sobrinos.
El Buceador Caribe Pipín que fue lanzado en México recientemente, tiene un carácter deportivo y es una edición limitada de 100 piezas. Llega en caja de acero de 43 mm con hermeticidad a 200 metros. El diseño del reloj sigue una configuración de doble corona con un bisel giratorio interno. La corona a las 9 horas ofrece acceso al movimiento, mientras que la corona de naranja a las 2 se utiliza para controlar el bisel. Tanto las agujas como los índices están tratados con Superluminova para una perfecta legibilidad bajo el agua. En el fondo, aparece grabada la firma y figura del apneísta.
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