Con una publicación en sus redes sociales el pasado mes de julio, Stefano Macaluso, uno de los personajes esenciales en la marca de alta gama Girard-Perregaux, dijo adiós a la marca a la que dedicó, en la práctica, toda su vida. En el texto del post, se leen las siguientes lacónicas palabras: “El día de ayer fue mi último día en Girard-Perregaux, después de 31 años de estar involucrado. Adiós, GP!”
Por supuesto, esta despedida viene acompañada de la decisión de los dueños de la compañía, Grupo Kering, de darle la vuelta por completo a la marca, y deshacerse de todo, hasta de lo más valioso que tenía: la gente. Poco antes de la dolorosa despedida de Stefano, el propio Antonio Calce, quien fungió como CEO de Sowind Group (Girard-Perregaux y JeanRichard) durante un par de años, fue separado del cargo con efecto inmediato.
Stefano, tras la muerte de su padre en 2010, había asumido provisionalmente el liderazgo de Sowind; no obstante, su visión estética lo involucró de tiempo completo en el área de desarrollo de producto, en donde se empleaba a tiempo completo. A él, por supuesto, debemos la creación de diversas ediciones limitadas con un alto grado de mexicanidad, como la edición dedicada a Frida Kahlo, o bien la reinterpretación del icónico La Esmeralda, reloj que perteneció a Porfirio Díaz y que destaca, ante todo, por el gran trabajo sobre sus icónicos tres puentes de oro.
Finalmente, bajo sus manos descansaba el gran legado de su padre, Luigi Macaluso, quien llevó a nuevas glorias el nombre de la compañía y se empeñó, genuinamente, en transmitir a través de la relojería, su otra gran pasión: el automovilismo. Para beneplácito de quienes lo conocemos, Stefano no tiene en mente retirarse por completo del mundo de la relojería, así que, muy probablemente, pronto estaremos escuchando noticias de él.